lunes, 27 de agosto de 2018

Museo minero de Escucha

En la provincia de Teruel, la actividad económica de la comarca de Cuencas Mineras ha girado desde el siglo XIX en torno al carbón. La generación de energía a través de este mineral, así como las centrales hidráulicas eran las 2 grandes fuentes de energía del país, lo que supuso que las zonas mineras tuvieran un importante desarrollo económico e industrial. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, la apareció de otras fuentes más eficientes de generación energética supuso un declive paulatino de la actividad relacionada con el carbón, y muchos de los pozos y centrales se cerraron. La falta de una alternativa industrial a esta actividad, que provoca un importante problema de despoblación, ha hecho que se pongan en macha varias alternativas turísticas, entre ellas la recuperación de instalaciones mineras para poder ser visitadas.



En la localidad de Escucha, a finales del siglo XIX se abrió el pozo “Se Verá”, el cual estuvo funcionando hasta el año 1968, en el cual finalizó la extracción del carbón. Sin embargo, todavía se utilizó hasta el año 1991 como galería de ventilación del cercano “Pozo el Pilar”; un pozo de acceso vertical a mucha mayor profundidad que el anterior. Hoy en día, el espíritu del proyecto es el de hacer vivir a los turistas la experiencia del trabajo en la mina. 



En la parte exterior encontramos muestra de varios de los equipos que se utilizaban en la actividad minera. Desde curvadores de tubos para fabricar las piezas que posteriormente soportarían las galerías de la mina, hasta compresores de aire. También podemos ver los vagones que se utilizaban para extraer el carbón de la mina, y una pala que se utilizaba para cargarlos. A alguien le debió parecer buena idea llenar los vagones de piedras pintadas de negro...



También existe una recreación del interior de la mina con cintas transportadoras; aunque no entiendo que sentido puede tener cuando vas a poder visitar la mina real.





El punto fuerte de este proyecto es la visita al interior de la mina. En una caseta cercana a la boca de entrada, todos los turistas se equipan con un casco con linterna al estilo de los auténticos mineros. Además del realismo que da a la visita, cumple con su 
función de seguridad, ya que hay zonas angostas y sin mucha iluminación. Una vez dentro de la mina, el primer paso es descender a una profundidad de 100 metros, donde se encuentran algunas de las galerías. En su día los mineros accedían a esta zona a pie por una galería paralela al pozo principal, ya que este se utilizaba para subir el mineral a través de raíles en vagones. En la actualidad, las vagonetas que extraían el carbón se han modificado, y se les han añadido asientos para poder transportar cómodamente a los turistas. Estas vagonetas descienden por una pendiente mayor del 30%, arrastradas por un cable de acero que es manejado desde una estación en la boda de la mina. Ya en la profundidad de la mina, podemos como funcionaba la mina en sus distintas épocas; primero con sistemas de entibación de madera, y utilizando burros para mover el material a través de la mina. Posteriormente con cuadros metálicos y herramientas eléctricas. El final de la visita consiste en la simulación de una explosión dentro de la mina, que se recrea con sonido, luces y una máquina de humo; algo bastante simple pero que provocó auténtico pavor en algunos de los niños que participaban en la visita.
No hay ninguna foto del interior de la mina ya que la guía nos indicó que estaba prohibido tomarlas. Una pena, especialmente porque pocas personas dejarán de vivir esta experiencia por ver unas fotos en internet.

Situación
Calle Carretera 7, Escucha (Teruel)
Precio
Adultos: 12 €
Fuentes
www.museomineroescucha.es