Sommos es sin duda la bodega más vanguardista del Somontano,
y es que su arquitectura de acero inoxidable y vidrio entre los viñedos y con
el Pirineo de fondo hacen que el contraste sea espectacular. La entrada se hace
por un camino entre los viñedos y rodeado de cipreses por el cual se llega a la
gran fuente central.
Justo en frente en la planta baja, se encuentran las
cristaleras del restaurante, y subiendo por cualquiera de las dos rampas
laterales, la entrada a la bodega.
Esta bodega está muy enfocada al turismo, por lo que a la
visita guiada de rigor podemos añadirle muchas otras actividades, desde
maridajes de vinos, hasta paseos a caballo o en segway. El video de
presentación ya nos deja clara su apuesta por la tecnología, y es que parece
que vayamos a entrar más en una nave espacial que en una bodega vinícola.
El proceso de vendimia se realiza durante la noche y con
máquinas de recogida automáticas mediante vibración (lo que permiten que se
recojan únicamente las uvas que se encuentran en el punto exacto), y a más baja
temperatura para que sea necesario posteriormente emplear menos energía en
reducir su temperatura.
La nave de elaboración tiene una altura de 27 metros, y es
parcialmente subterránea, a fin de ayudar a mantener su temperatura estable.
Además su altura permite funcionar el OVI (objeto volador identificado), que
consiste en una tolva de acero inoxidable que cuelga de los dos puentes grúa
que tiene la nave. Este equipo (el cual lleno puede pesar hasta 11 toneladas),
permite el transporte tanto de la uva como de los mostos por la bodega sin
necesidad de utilizar los tradicionales tornillos, cintas transportadoras y
bombas. Esto, según sus explicaciones, evita los daños en los granos de uva, y
el someter a presión al vino y mosto al ser bombeado, lo que mejora las
propiedades del mismo.
Después pasamos a la sala de barricas, donde funciona el
llamado “robot explorer”. Se trata de unos AGVs (Automated guided vehicle) que se
encargan los transportar los bastidores que contienen las barricas para hacer
las distintas operaciones, como trasiego o embotellado del vino. Estos robots,
incluso se montan dentro de ascensores para moverse por las distintas plantas
de la bodega.
Para que un transportador automático como el de barricas sea
rentable, ha de estar funcionando la mayor cantidad de tiempo posible. Los
pocos movimientos que son necesarios en una bodega nos hacen pensar que estos
equipos son más un producto de marketing que una mejora real del
funcionamiento. De hecho durante la visita no pudimos ver funcionar ninguno de
los 2 mecanismos (ni el OVI ni el Robot Explorer).
El último paso es probar los caldos, lo cual se hace en una
sala blanca, con mesas del mismo color y luz indirecta en cada una de ellas
para poder apreciar sus tonos. Un ambiente
en el que poder dar los primeros pasos en el mundo del enoturismo, pero
que también se utiliza para jornadas profesionales.
Dentro de la muchas bodegas que pueden ser visitadas en el
Somontano, esta es la más apropiada si se busca encontrar la modernidad y
vanguardia, o conseguir unas espectaculares fotos de su arquitectura.
Situación
Carretera Nacional 240, Km. 155 –– Barbastro (Huesca)
Precio
Visita + cata de 3 vinos: 10 €
Fuentes
http://www.bodegasommos.com